MÉXICO, 22 de abril de 2021

Empiezo explicando que, aunque hemos descubierto tres grandes yacimientos de hidrocarburos, el petróleo que estamos descubriendo se destinará, básicamente, a cubrir la demanda de combustibles del mercado interno y se acabará con la práctica de exportar crudo, petróleo crudo y comprar gasolinas. De esta forma ayudaremos a evitar el uso excesivo de combustibles fósiles.

También estamos modernizando nuestras plantas hidroeléctricas para reducir el uso de combustóleo o carbón en la producción de electricidad.

La energía que se produce con agua es limpia y barata. De ahí que hemos decidido cambiar turbinas antiguas por equipos modernos, lo cual nos permitirá aprovechar el agua de los embalses para producir más energía, sin construir nuevas presas y sin causar afectaciones.

La tercera propuesta consiste en compartir con ustedes, en especial con usted, presidente Biden, una experiencia exitosa: estamos aplicando el programa Sembrando Vida, que posiblemente sea el esfuerzo más grande de reforestación en el mundo. En ello laboran 450 mil campesinos y campesinas que reciben un jornal de 5 mil pesos mensuales para plantar árboles frutales y maderables en sus tierras o parcelas.

Se han sembrado, hasta ahora, 700 millones de plantas y se llegará a mil millones para abarcar un millón de hectáreas. El presupuesto asciende a 29 mil millones de pesos anuales (mil 400 millones de dólares).

La propuesta es que juntos ampliemos dicho programa en el sureste de México y en Centroamérica para sembrar 3 mil millones de árboles adicionales y generar un millón 200 mil empleos.

Nosotros, asumimos nuestra responsabilidad económica y nos comprometemos a ayudar en la organización productiva y social, y ustedes, presidente Biden, podrían financiar el Programa Sembrando Vida en Guatemala, Honduras y El Salvador.

Tomemos en cuenta que con 4 millones de hectáreas de árboles, se absorben 70 millones de toneladas de dióxido de carbono por año.

Agrego una propuesta complementaria, con todo respeto: el gobierno de Estados Unidos podría ofrecer a quienes participen en este programa que después de sembrar sus tierras durante tres años consecutivos, tendrían posibilidad de obtener una visa de trabajo temporal y luego de otros tres o cuatro años, podrían obtener hasta la residencia en Estados Unidos o su doble nacionalidad.

El fenómeno migratorio, como lo sabemos todos, no se resuelve con medidas coercitivas, sino con justicia y bienestar.

Además, usted, presidente Biden, es un hombre sensible y sabe que el espíritu de trabajo y el deseo de superación del migrante es fundamental en el desarrollo de las naciones. Con migrantes, con esos seres excepcionales, se han hecho las grandes naciones. Es cosa de ordenar los flujos migratorios y darles cauce con humanismo y juicio práctico. Junto con el amor a la naturaleza y la responsabilidad de heredar a las nuevas generaciones un planeta habitable, debe también prevalecer la fraternidad universal.

Muchas Gracias.