No fue orquestada por militantes de los partidos políticos que la integran, sino por dos empresarios, Gustavo de Hoyos Walther y Claudio X. González Guajardo.

La alianza electoral 'Va por México', un ariete de la élite empresarial para frenar a López Obrador
Los empresarios Gustavo de Hoyos Walther como Claudio X. González Guajardo.Facebook @Gdehoyoswalther / Twitter @ClaudioXGG

Rumbo a la elección intermedia a realizarse el próximo 6 de junio, en la que están en juego la renovación de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 Congresos locales y 1.900 ayuntamientos, el Gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), enfrenta el reto de dar continuidad a su proyecto político, la denominada ‘Cuarta Transformación’.

‘Juntos Hacemos Historia’, la alianza integrada por el partido oficial, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT), habrá de enfrentar a la coalición ‘Va por México’, que aglutina a los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).

Esta alianza electoral, que busca “poner un alto” a un presidente que ha provocado una “catástrofe” en poco más de dos años de Gobierno, según sus promotores, sin embargo, no fue orquestada por militantes de los partidos políticos que la integran, sino por dos empresarios, Gustavo de Hoyos Walther y Claudio X. González Guajardo.

Si bien los partidos de esta alianza se ostentan como una “plataforma” cuyo objetivo es encauzar una “agenda auténticamente ciudadana”, para la élite empresarial no son sino herramientas para encauzar sus propios intereses, un ariete para detener desde el Congreso el proyecto político del presidente.

Hombres de negocios tras bambalinas

Antes del registro de la alianza ‘Va por México’ ante el Instituto Nacional Electoral (INE), los empresarios Gustavo de Hoyos Walther y Claudio X. González Guajardo trabajaron en la articulación de una amplia red de organizaciones a la que denominaron ‘Sí por México’, un conjunto de 551 organizaciones de la sociedad civil y 51.515 ciudadanos.

Según sus promotores, esta red está integrada por “organizaciones de la sociedad organizada” que representan “una nueva unidad nacional para los mexicanos” y buscan “recuperar el crecimiento económico, el Estado de derecho y el orden democrático frente a un régimen que mira al pasado”.

Dado el descrédito de los partidos políticos que fueron derrotados en 2018, en un primer momento los empresarios perfilaron esta red de organizaciones como una “alternativa ciudadana”, a través de la elaboración de propuestas sin la participación de partidos políticos.

En un segundo momento, sin embargo, con vistas a no desaprovechar la coyuntura electoral, tanto Gustavo de Hoyos Walther como Claudio X. González Guajardo establecieron contacto con los dirigentes de los partidos para dar cauce a la agenda de su red de organizaciones.

Fue entonces cuando propusieron una alianza electoral, convocando a PRI, PAN y PRD a dejar a un lado sus “naturales diferencias” con tal de perseguir un “objetivo mayor”: “poner a salvo la integridad de la Nación de un Gobierno populista y autoritario”.

‘Va por México’ tiene el mérito, aseguran sus promotores, de ser una “alianza entre partidos políticos y ciudadanía”. La iniciativa, no obstante, es apoyada por una élite empresarial que busca recuperar protagonismo en la toma de decisiones, toda vez que no han logrado entenderse con el Gobierno.

El presidente de México, Andrés Manuel López ObradorHenry Romero / Reuters

La relación con Gustavo de Hoyos Walther se agrió a partir de la determinación de detener la construcción de un aeropuerto en Texcoco, cuya cancelación tuvo un costo de 113.000 millones de pesos (unos 5.650 millones de dólares), según estimaciones de la Auditoría Superior de la Federación.

De Hoyos Walther, en aquel momento presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), acusó a AMLO de “faltar a su palabra”, pues durante la campaña electoral se había “comprometido” a “realizar una consulta apegada a la ley” y “ceder la construcción de la obra al sector privado” en caso de que este contara con los recursos.

Tras la cancelación de Texcoco, el presidente López Obrador alistó la construcción del aeropuerto de Santa Lucía. La crispación aumentó. Para detener el proyecto propuesto por el mandatario, empresarios presentaron más de 150 amparos auspiciados por #NoMásDerroches, un colectivo en el que participaron Luis Asali Harfuch y Claudio X. González Guajardo, hoy miembros de ‘Sí por México’.

La tensa relación de López Obrador con este último se remonta a mucho antes de la controversia por el nuevo aeropuerto. En la elección de 2006, cuando López Obrador aseguró que se había cometido un “fraude” en su contra, acusó al también hijo de Claudio X. González Laporte de estar detrás de la “guerra sucia” en medios de comunicación, donde se le catalogaba como un “peligro para México”.

Construcción del nuevo aeropuerto de Santa Lucía, Ciudad de México, 10 de febrero de 2021Edgard Garrido / Reuters

Durante 2018, cuando finalmente ganó la elección presidencial, González Guajardo —a quien López Obrador considera un representante de los “traficantes de influencias” y “saqueadores” del país— habría vuelto a operar en su contra. De acuerdo con palabras de López Obraor, el magnate habría visitado al entonces presidente Enrique Peña Nieto para pedirle que “se aplicara a fondo” para evitar su victoria.

Hoy, el impulso de la alianza electoral ‘Va por México’ por parte de González Guajardo, según el presidente López Obrador, no es sino un intento por reestablecer el “régimen de corrupción y privilegios”. Su objetivo, asevera, es “ganar la mayoría en el Congreso para hacerse con el control del presupuesto”.

Lluvia de críticas a López Obrador, pero sin propuestas de fondo

El 27 de enero, los dirigentes de los tres partidos políticos que integran la coalición ‘Va por México’, Alejandro Moreno (PRI), Marko Cortés (PAN) y Jesús Zambrano (PRD), presentaron un decálogo de propuestas bajo el título ‘Van 10 soluciones por México’.

Los planteamientos fueron “restituir la democracia, recuperar la seguridad, desterrar la corrupción, una economía inclusiva con oportunidades para todos, rescatar del olvido a los trabajadores del campo, justicia social apoyando a la población pobre y vulnerable, salud con dignidad para todas y todos, educación de calidad para la niñez y la juventud, igualdad sustantiva de género y prevención de la discriminación, protección y aprovechamiento responsable del medioambiente”.

 

Son ideas generales, la mayoría sin una estrategia detrás. Más que explicar los detalles de sus propuestas, la campaña de ‘Va por México’ está centrada en criticar la gestión presidencial en cuatro rubros: la política económica, la estrategia frente a la pandemia de covid-19, la inseguridad y la violencia, y la concentración de poder político.

En cuanto a la política económica, la oposición presenta a López Obrador como un hombre que “no entiende el funcionamiento de la economía”. Como botón de muestra, argumentan, está la cancelación de un proyecto de infraestructura de “clase mundial” como el aeropuerto de Texcoco.

Los proyectos del Gobierno son considerados “elefantes blancos”, obras de un “alto costo” y “utilidad nula”. Resalta su rechazo hacia la refinería Dos Bocas, a la que consideran “obsoleta” dada la “creciente proliferación de energías renovables” en escala mundial; el Tren Maya, por su parte, representa una “amenaza” pues su construcción, aseguran, implicaría la “destrucción de la selva”.

El Gobierno de México, sostienen, se conduce “sin racionalidad económica”. El presupuesto es presa de “los caprichos de un solo hombre”, por eso la “urgencia” de contar con “contrapesos” para “poner un alto” a sus “ocurrencias”.

Otra de las críticas gira en torno a la “pésima gestión de la pandemia”. Los promotores de ‘Va por México’ recuerdan que en un principio el Gobierno “subestimó” la propagación del virus y “no tomó acciones para salvaguardar la salud de la población”. Esta omisión, aseguran, derivó en un alto número de contagios y fallecimientos, situación que habría podido evitarse.

Campaña de vacunación en Ciudad de México, 11 de mayo de 2021Henry Romero / Reuters

La persistencia de la inseguridad y la violencia en el país refleja, según la oposición, el “fracaso” de la estrategia de seguridad gubernamental. La reforma a la Constitución para autorizar a las Fuerzas Armadas a asumir tareas de seguridad pública, así como la creación de la Guardia Nacional, “de poco han servido para detener la espiral de violencia”.

Finalmente, la campaña de la coalición destaca el talante “autoritario” del presidente López Obrador, un rasgo que pone en riesgo el “equilibrio de poderes” y la “democracia”. Las críticas del presidente a los órganos autónomos, su aval para la extensión del mandato del presidente de la Suprema Corte y sus constantes encontronazos con el árbitro electoral, revelan las “funestas consecuencias” de su “excesiva concentración de poder”.

Revertir esta situación “exige contar con contrapesos”, dicen, votando por los candidatos de la alianza ‘Va por México’. Las organizaciones de la sociedad civil están convencidas de que, frente al “autoritarismo” que se ejerce desde el Palacio Nacional, “hoy como nunca antes el futuro de la democracia está en manos de la oposición”.

Números no favorecen a ‘Va por México’

A menos de un mes de la elección, todo apunta a que Morena y sus aliados conservarán la mayoría en la Cámara baja. Las dificultades a raíz de la pandemia de covid-19 y su impacto sobre la economía no socavaron el alto nivel de aprobación del presidente, quien se mantiene con una popularidad superior a un 50 por ciento.

De acuerdo con la mayoría de las encuestas, este alto nivel de aprobación ha derivado río abajo en un apoyo masivo a la alianza electoral encabezada por el partido oficial, a pesar de las disputas internas para renovar su dirigencia nacional y las controversias en torno a la designación de sus candidatos a gobernador.

Si los pronósticos aciertan, la alianza ‘Va por México’ ganaría apenas dos de las 15 gubernaturas en disputa (Baja California Sur y San Luis Potosí) y, al no poder hacerse con la mayoría en la Cámara de Diputados, se quedaría sin posibilidades de impedir la aprobación de las iniciativas enviadas por el presidente.

Para los empresarios inconformes con la presente Administración, sin embargo, la elección intermedia no será la última batalla. En marzo del próximo año, cuando López Obrador se someta a una consulta popular para la revocación de mandato, los empresarios volverán a la carga para finalmente lograr su cometido, que abandone el poder.

Fuente: RT