Columna: Pensamiento Crítico
Esta imagen describe la desesperación de una oposición partidista en la ruina ideológica, colgados de la muerte de un luchador social y de una supuesta movilización de la “Generación Z”, puntualizando que Carlos Manzo los aborrecía porque era consciente de la degradación que precisamente el PRI y el PAN provocaron en el país y más aún en el Estado de Michoacán.
No obstante, vemos al porro-diputado del PRI con una playera de Carlos Manzo en tribuna cuando su partido encumbró a Fausto Vallejo como Gobernador en Michoacán, cuyo vástago era el líder del cartel de los templarios, o su aliado el PAN donde la hermana de Felipe Calderón pedía apoyos a la Tuta, ahora extraditado en EE.UU.
El PRI y el PAN se rasgan las vestiduras por una crisis de seguridad que ellos gestaron como tapetes de los intereses extranjeros desde el año 2006 a 2012 cuando desgobernaron el país por medio de fraudes electorales y el empobrecimiento masivo.
Lo que estamos viviendo en México es un nuevo nivel de intervencionismo estadounidense traducido en más violencia con un enfoque psicológico, por eso el magnicidio de Carlos Manzo, al estilo de Colosio, con huérfanos de por medio e imágenes previas conviviendo con niños de Uruapan.
Asimismo, el asesinato de los colaboradores de Clara Brugada tienen un posible trasfondo político por su agenda política critica hacia el sionismo que inclusive financió la protesta musical mas grande del mundo con Calle 13 en el zócalo capitalino en contra del genocidio en Palestina.
Estados Unidos es un imperio vigente formado a través de la guerra, por qué nos extraña que estén promoviendo la violencia en la UNAM y de los asesinatos políticos de 10 alcaldes en lo que va de la administración de Claudia Sheinbaum Pardo.
Más allá de los partidos políticos, la sociedad mexicana debe estar avispada sobre quién está moviendo los hilos de la violencia en México con una abierta agenda política.
