La gobernadora de Quintana Roo cerró el año como la mejor evaluada del país, de acuerdo con la última encuesta de MITOFSKY publicada por el periódico El Economista, un reconocimiento que no solo refleja altos niveles de aprobación ciudadana, sino también una gestión caracterizada por su enfoque multifacético, especialmente en materia de protección civil durante la temporada de huracanes.
En una entidad particularmente vulnerable a los fenómenos hidrometeorológicos, la mandataria estatal ha consolidado un liderazgo activo y preventivo, colocando la protección de la vida y el patrimonio de las y los quintanarroenses como una prioridad estratégica. Durante la reciente temporada de huracanes, su gobierno destacó por la coordinación interinstitucional, la activación oportuna de protocolos de emergencia y una comunicación constante con la población, elementos clave para reducir riesgos y evitar tragedias.
La gobernadora encabezó personalmente sesiones de los comités estatales de protección civil, supervisó refugios temporales, dio seguimiento a alertas meteorológicas y mantuvo contacto permanente con autoridades federales, municipales y fuerzas armadas. Esta labor se complementó con acciones en territorio, atención a comunidades vulnerables y una estrategia integral de prevención y respuesta ante desastres naturales.
Más allá del ámbito de protección civil, la alta calificación otorgada por MITOFSKY da cuenta de una gestión que abarca múltiples frentes: desarrollo social, impulso económico, atención al turismo, gobernabilidad y cercanía con la ciudadanía. Sin embargo, es en la temporada de huracanes donde su papel adquiere especial relevancia, al enfrentar uno de los mayores desafíos estructurales del estado.
El reconocimiento como la mejor gobernadora evaluada del año refuerza la percepción de un gobierno que combina planeación, presencia institucional y capacidad de reacción, cualidades indispensables en una entidad como Quintana Roo. En un contexto nacional complejo, su desempeño la posiciona como un referente de liderazgo efectivo, particularmente en la gestión de riesgos y la protección civil.
