La autopista México-Querétaro, una de las arterias viales más importantes del Estado de México, se está convirtiendo en un auténtico campo de batalla para los miles de conductores que a diario enfrentan congestionamientos, deterioro de la infraestructura y la saturación por el paso de vehículos pesados. Este problema, que lleva años agravándose, ha comenzado a tocar las fibras de quienes viven cerca de esta vital ruta, que conecta a la capital del país con los municipios de los alrededores.
La asociación Xochitla Vive, que desde hace tiempo se ha manifestado en defensa del medio ambiente, está tomando cartas en el asunto. En un comunicado dirigido a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Delfina Gómez, piden un cambio radical en la política vial de la zona, comenzando por la creación de un plan de movilidad emergente para la autopista México-Querétaro, que ya no da más de sí. Se calcula que más de 4 millones de personas se ven afectadas por los atascos y la degradación de los espacios urbanos circundantes, y es que el crecimiento de bodegas industriales en municipios como Tultitlán, Cuautitlán Izcalli y Teoloyucan ha provocado que la autopista se convierta en una vía de paso exclusivo para camiones de carga.
La demanda de los ambientalistas es clara: se necesita un plan integral de movilidad que contemple no solo la reestructuración de los tiempos de tránsito y los flujos vehiculares, sino también medidas preventivas que frenen el desmedido crecimiento industrial. Aseguran que no se pueden seguir autorizando más bodegas sin antes revisar a fondo la infraestructura vial y pluvial, que, en muchos tramos, está ya al límite de su capacidad.
Además, proponen que los empresarios que se benefician de la construcción de los centros logísticos (CEDIS) en los alrededores de la autopista contribuyan con un impuesto especial para el mantenimiento de las vías afectadas. Este impuesto, según los ambientalistas, serviría para financiar tanto los estudios de viabilidad como las obras de rehabilitación que la zona necesita con urgencia.
Una de las áreas más críticas es la cercana reserva ecológica Xochitla, cuya preservación depende de que no se sigan autorizando proyectos industriales en la zona. El Parque Xochitla, además de ser un importante pulmón verde, juega un papel esencial en la recarga de mantos acuíferos y la protección de los ecosistemas locales.
Es momento de que las autoridades tomen en serio el clamor de los ciudadanos y las organizaciones ambientales, porque si no se actúa pronto, el caos vial y la destrucción de nuestros recursos naturales podrían ser mucho mayores.
EJ.