Columna: Pensamiento crítico

Salinas Pliego le dio las gracias a Javier Alatorre después de 30 años de leer un telepronter que le dictaba la línea editorial corporativa de Grupo Salinas-TV Azteca, misma que fue desde la “profesional” (sarcasmo) cobertura del chupacabras en la década de los noventas, hasta ser el vocero oficial en contra de los “libros comunistas” lanzados por la SEP en 2024.

Alatorre nunca fue un comunicador líder de opinión. En la imagen que ilustra esta columna se puede ver cómo está leyendo lo que va decir. Sin embargo, la nula credibilidad de los noticieros de TV Azteca no se debe a Javier Alatorre y su nula capacidad periodística, se debe a la manipulación informativa que ejerce un oscuro personaje que se benefició de la privatización de Imevisión con dinero prestado de Raúl Salinas de Gortari durante el sexenio de CSDG en un evidente caso de tráfico de influencias y corrupción neoliberal.

Además, posteriormente se adjudicó Canal 40 por encima del estado de derecho, situación que le permitió mega publicitar su empresa Elektra en televisión nacional para amasar una fortuna por medio de cobros excesivos y usureros para la adquisición de productos.

El Gobierno hizo de conocimiento público la deuda de 74 mil millones de pesos en impuestos que debe Grupo Salinas y ahora en su desesperación pondrá a un títere nuevo en su noticiero convertido en vocería de la disidencia política basado tristemente en la manipulación informativa.

La solución, el Estado Mexicano debe retírale la concesión del espacio radioeléctrico a esa sabandija corporativa cuyos contenidos televisivos no aportan nada positivo a la sociedad mexicana.

La llegada de Alazraki a TV Azteca es otra afrenta golpista en contra del proyecto de Gobierno de Claudia Sheinbaum que promueve un discurso violento y falaz para generar polarización social en vez de promover un periodismo profesional basado en la crítica racional que tanto se requiere para ajustarle el cinturón a la 4T, pero la oposición basa su disidencia en ataques personales con una retórica clasista alejada de la mayoría del pueblo de México.

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