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Ciudad de México. Con apenas unas horas de actividad en el arranque del periodo ordinario de sesiones, el Senado de la República decidió tomarse un receso de siete días, pese a la pesada agenda legislativa que tienen por delante.

La pausa fue acordada tras una sesión relámpago realizada en la madrugada del martes, que duró menos de 30 minutos, justo después de la toma de protesta de los nuevos integrantes del Poder Judicial. Con este acto exprés, los legisladores cumplieron con el requisito formal de sesionar dos veces por semana, pero se citaron hasta el próximo 9 de septiembre, dejando vacía la agenda durante una semana.

Este receso se suma al puente del 16 de septiembre, Día de la Independencia, que también está contemplado en el calendario oficial. A pesar de estos descansos, el Senado enfrenta una serie de temas urgentes por resolver.

Sesiones, descansos y pendientes

De acuerdo con el calendario aprobado por la Cámara Alta para el primer periodo ordinario del segundo año de la LXVI Legislatura, se tienen programadas 31 sesiones entre el 1 de septiembre y el 15 de diciembre, distribuidas entre los martes y miércoles de las 16 semanas que comprende el periodo.

En septiembre se prevén nueve sesiones —una menos por el feriado del día 16—, en octubre habrá otras nueve, en noviembre se programaron ocho (con otro descanso el día 17), y en diciembre se realizarán cinco sesiones más, incluida la de clausura el 15 de diciembre.

Durante este tiempo, se espera que los senadores analicen al menos 20 iniciativas, de las cuales tres son consideradas prioritarias: la legislación secundaria de la reforma al Poder Judicial, así como la reforma electoral, ambas temas centrales en la agenda del Congreso y con implicaciones de gran calado.

La crítica no se hizo esperar

La decisión de tomarse una semana de descanso generó críticas en redes sociales, donde ciudadanos y analistas cuestionaron la lógica de iniciar un periodo legislativo con una pausa, especialmente ante temas tan urgentes y complejos como los que están sobre la mesa.

Sin embargo, para los senadores, las “agotadoras” horas iniciales parecen haber sido suficiente motivo para una pausa prolongada. Por lo pronto, el Senado reanudará actividades formales hasta el 9 de septiembre.

EJ.