Ciudad de México.— Entre las 18 personas que enfrentan proceso por los incidentes violentos registrados en la marcha de la llamada generación Z, realizada el pasado 15 de noviembre, figura Alberto González Mancilla, señalado por la Fiscalía General de Justicia capitalina como delegado regional del Consejo Nacional del PAN en la alcaldía Cuauhtémoc y colaborador cercano del diputado Andrés Atayde, líder de la bancada panista en el Congreso local.
De acuerdo con las primeras indagatorias, en la movilización participaron individuos convocados por figuras vinculadas a grupos opositores, presuntamente con la intención de detonar actos de violencia.
González Mancilla fue imputado por el delito de resistencia de particulares. Aunque el juez determinó que existían elementos para iniciar una carpeta de investigación, el panista continuará su proceso en libertad.
La fiscalía mantiene abiertas las pesquisas y no descarta que surjan más nombres involucrados. En paralelo, las autoridades confirmaron la presencia de integrantes del llamado bloque negro, quienes habrían intervenido en dos momentos durante la jornada.
Funcionarios consultados detallaron que algunos de los convocados cubrieron su rostro para simular pertenecer al bloque, aunque uno de ellos —señalado como supuesto líder— fue identificado.
Por estos hechos, la fiscalía abrió cuatro carpetas con detenidos y otras 16 sin captura. Tras la marcha del sábado, una fracción del bloque negro fue ubicada en las inmediaciones de Bellas Artes, donde, según el reporte oficial, fueron contenidos luego de protagonizar una riña.
Como reportó La Jornada, la autoridad capitalina tiene detectados a varios cabecillas de ese grupo. Informes internos refieren que existen 38 carpetas activas relacionadas con su participación en distintos disturbios. En esos expedientes aparecen jóvenes estudiantes, ex alumnos, miembros de colectivos de vivienda, así como presuntos anarquistas y radicales.
Las investigaciones también apuntan a 31 presuntos agresores identificados en movilizaciones recientes, entre ellas la del 2 de octubre y la protesta contra la gentrificación del 21 de julio, ambas marcadas por destrozos atribuibles al bloque negro.
En aquella ocasión, cerca de 50 comercios del Centro Histórico reportaron pérdidas por alrededor de 8 millones de pesos. Entre los más afectados se encuentran 24 joyerías que sufrieron saqueos, sin posibilidad de recuperar lo robado porque las aseguradoras no cubren piezas de oro.
