CDMX.— El Gobierno federal encendió este jueves los reflectores al confirmar un nuevo paquete de aranceles dirigido a naciones con las que México no mantiene acuerdos comerciales. La medida, explicó Marcelo Ebrard, secretario de Economía, busca cerrar filas en torno a unos 300 mil empleos que hoy resienten la presión de importaciones baratas.
De acuerdo con el funcionario, el cálculo del Ejecutivo es que este ajuste tributario deje una bolsa aproximada de 70 mil millones de pesos anuales, cifra que se confirmaría al cierre del año fiscal.
La decisión se concretó luego de que el Senado diera luz verde —en una sesión exprés— a modificaciones a la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación, reforma que toca mil 463 fracciones arancelarias distribuidas en 17 sectores clave de la economía nacional, como autopartes, textil, acero, plásticos, línea blanca, calzado y vestido.
Ebrard explicó que el paquete forma parte de una estrategia más amplia para fortalecer el músculo productivo mexicano: “Estamos apostando por elevar el contenido nacional en lo que fabricamos, impulsar la manufactura avanzada y, al mismo tiempo, proteger a industrias que están librando una competencia con precios que simplemente no son sostenibles”.
El secretario advirtió que giros como el automotriz, textil, juguetero, mueblero y otros rubros manufactureros estaban en riesgo de perder, en conjunto, hasta 350 mil empleos durante el próximo año si no se actuaba a tiempo. Con los nuevos aranceles, aseguró, esas fuentes de trabajo deberían quedar a salvo para 2026.
El funcionario también subrayó que la medida no es un mensaje dirigido exclusivamente a China, sino a cualquier país sin tratado comercial que, por sus costos, genere una desventaja para las trabajadoras y los trabajadores mexicanos.
“Estamos hablando de equilibrio y de bienestar para el país. El estimado de recaudación es de 70 mil millones de pesos; veremos el monto real cuando termine el año”, remató.
