A pesar de que cada año ingresan aproximadamente 100 mil millones de dólares provenientes del narcotráfico al sistema financiero de Estados Unidos, las autoridades estadounidenses no han llevado a cabo investigaciones específicas contra sus bancos por estos movimientos.
Según información oficial del Departamento del Tesoro, toda la cadena de suministro del fentanilo en ese país —desde la adquisición de precursores químicos hasta los esquemas de lavado de dinero— pasa por redes financieras y prestamistas, facilitando así el flujo de fondos ilícitos. Sin embargo, hasta la fecha, ningún banco estadounidense ha sido señalado o ha sido objeto de investigaciones formales respecto al dinero que entra y sale en grandes cantidades del país, que además cuenta con la mayor población de adictos en el mundo.
Lo que resulta aún más alarmante es que, en Estados Unidos, las agencias del Tesoro han detectado que el 95% de las alertas relacionadas con lavado de dinero vinculado al tráfico de fentanilo provienen de ese país, lo que evidencia un problema estructural en la supervisión financiera.
Un informe de la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN), presentado el año pasado, revela que se registraron 1,246 informes de movimientos financieros relacionados con el tráfico de fentanilo, con un total de aproximadamente 1,400 millones de dólares en transacciones sospechosas. La cadena delictiva, que abarca desde la compra de precursores químicos hasta el lavado de dinero, tiene puntos de contacto en todo el sistema financiero estadounidense, según datos publicados por la agencia en los últimos meses.
FinCEN también destacó que, tras las alertas emitidas por el sistema financiero de Estados Unidos, México y China continúan siendo los países con mayor número de informes relacionados con estas actividades ilícitas. Además, los bancos estadounidenses representaron el 57% de las alertas analizadas, concentrándose principalmente en estados como California, Florida, Nueva York y Arizona. La agencia no especificó si este volumen de alertas se debe a una mayor capacidad de detección o a un mayor volumen de operaciones ilícitas.
Lo que sí es evidente es que no existen sanciones contra bancos estadounidenses en relación con esquemas de lavado de dinero vinculados a México o China, a diferencia de las acciones recientes de FinCEN contra instituciones financieras mexicanas como Vector, CIBanco e Intercam.
Tanto el Departamento de Justicia como el Tesoro han reiterado su compromiso con sanciones internacionales, pero la realidad muestra que en Estados Unidos es más sencillo crear empresas anónimas o blanquear millones de dólares —como los 2,3 mil millones de dólares que se lavan a través del mercado inmobiliario— que implementar medidas contundentes contra el lavado de dinero vinculado al narcotráfico.
Aunque FinCEN ha emitido recomendaciones para que las instituciones financieras monitoreen y reporten actividades sospechosas relacionadas con el tráfico de fentanilo y otros opioides sintéticos, no se han visto acciones públicas y contundentes por parte del Tesoro o del Departamento de Justicia para combatir el lavado de dinero en el sistema financiero estadounidense.
Las acusaciones suelen dirigirse a individuos que mueven dinero de manera transfronteriza, como en el caso reciente de José Manuel Martínez Gómez, alias «Meño», condenado a 100 meses de prisión por lavar 5.4 millones de dólares provenientes del narcotráfico del Cártel de Jalisco Nueva Generación, utilizando criptomonedas para enviar fondos a México.
EJ