Washington.— Un visitante proveniente de las profundidades del espacio cruza este día las cercanías de la Tierra. Se trata del cometa interestelar 3I/ATLAS, que alcanza su punto de mayor aproximación a nuestro planeta tras un viaje de millones de años a través de la galaxia, despertando un notable interés en la comunidad científica internacional.
De acuerdo con la NASA, este objeto no pertenece al grupo habitual de cometas que orbitan el Sol. Por el contrario, es apenas el tercer cuerpo de origen interestelar que se ha logrado identificar dentro del Sistema Solar, una señal inequívoca de que nació alrededor de una estrella distinta a la nuestra.
Investigadores consideran que el cometa fue expulsado violentamente de su sistema original luego de una interacción gravitatoria con un planeta de gran tamaño. Desde entonces, vagó sin rumbo fijo por el espacio interestelar hasta cruzarse con el vecindario solar en lo que hoy representa un acontecimiento astronómico excepcional.
Más allá de su relativa cercanía —estimada en unas 1.8 unidades astronómicas, equivalentes a cerca de 270 millones de kilómetros—, el verdadero valor científico de 3I/ATLAS radica en su origen. Sus componentes se formaron en un entorno estelar ajeno al Sol, lo que lo convierte en una auténtica cápsula del tiempo de otro rincón del universo.
Los especialistas analizarán su estructura, composición química y comportamiento, con el objetivo de compararlo con los cometas conocidos y ampliar el entendimiento sobre la formación y evolución de estos cuerpos errantes entre estrellas.
Las primeras observaciones revelan una abundancia significativa de hielo de dióxido de carbono, una característica poco común frente a otros cometas estudiados hasta ahora. Estas variaciones ofrecen pistas clave sobre los procesos de formación planetaria en sistemas estelares lejanos.
Aunque no podrá observarse a simple vista, este cometa —considerado uno de los fenómenos astronómicos más llamativos del año— será accesible mediante telescopios de gran potencia y equipos especializados, incluso en manos de astrónomos aficionados con experiencia.
