Ciudad de México.— Tras el más reciente canje de rehenes entre Israel y Hamas, las denuncias sobre condiciones inhumanas en las cárceles israelíes han vuelto a salir a la luz, ahora en voz de los palestinos que fueron liberados esta semana.
“Nos tuvieron detenidos en un matadero”, declaró uno de los excarcelados al periodista Tareq Abu Azzoum, de la cadena Al Jazeera. Su testimonio, al igual que el de otros liberados, describe una rutina diaria de abusos físicos y psicológicos a manos de las autoridades penitenciarias israelíes.
Según los relatos, los prisioneros eran sometidos a múltiples torturas cada día. Desde impactos con balas recubiertas de goma, que provocaron heridas graves en zonas sensibles del cuerpo, hasta descargas eléctricas y amenazas contra sus familias. “Dos años con hambre, encarcelado con hambre y salí con hambre”, denunció el periodista palestino Shadi Abu Seido a través de medios sociales pro-palestinos. “No comemos, no bebemos, estamos enfermos. Nos acechan día y noche”.
Los testimonios recabados tras su liberación no sólo exponen las condiciones extremas dentro de las cárceles, sino también la resiliencia de quienes lograron salir. Durante un mensaje ofrecido en el Hospital Nasser de Jan Yunis, al sur de Gaza, otro de los liberados agradeció a Dios, al pueblo palestino y a los combatientes de la resistencia por su liberación, asegurando que, pese a todo, “los palestinos siguen siendo valientes y firmes”.
“Sacrificamos mucho, pero nuestros sacrificios son pequeños comparados con los de otros”, expresó con emoción.
Las denuncias sobre tortura y tratos crueles contra prisioneros palestinos no son nuevas, pero el reciente intercambio ha reactivado la atención internacional sobre una crisis humanitaria que se agudiza conforme avanza el conflicto.
