Ciudad de México.— La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum arrancó la semana con dos anuncios clave para la agenda laboral del país: la ruta hacia una jornada semanal de 40 horas y un incremento de 13 por ciento al salario mínimo general a partir de 2026.
Sheinbaum confirmó que el próximo año enviará al Congreso una reforma constitucional y a la Ley Federal del Trabajo para reducir de manera definitiva la semana laboral, actualmente de 48 horas. El ajuste, explicó, no se aplicará de golpe: en 2027 arrancará una disminución escalonada de dos horas por año hasta alcanzar el objetivo en 2030. De prosperar la reforma, unos 13.4 millones de trabajadores —quienes hoy aún laboran 48 horas semanales, según cifras del INEGI— serían directamente beneficiados.
El secretario del Trabajo, Marath Bolaños, detalló que 2026 funcionará como periodo de adaptación para empresas, sindicatos y centros de trabajo, a fin de reorganizar procesos productivos rumbo al nuevo esquema. Señaló que el planteamiento gradual coincide con las recomendaciones del Convenio 116 de la Organización Internacional del Trabajo.
Sheinbaum reconoció que las negociaciones no han sido sencillas: mientras algunos sindicatos pugnaban por que las 40 horas entraran en vigor desde 2026, ciertos grupos empresariales se oponían tajantemente. Pese a ello, sostuvo que la experiencia internacional demuestra que jornadas más cortas no reducen productividad ni encarecen costos; al contrario, dijo, países nórdicos que incluso bajaron a 36 horas reportaron mejores resultados económicos y laborales. Recordó también que en este sexenio se han impulsado reformas de amplio consenso, como la ampliación de vacaciones, el fin del outsourcing, la mejora en el reparto de utilidades, la llamada “ley silla” y la reducción de comisiones en las Afores.
En paralelo, la presidenta anunció que el salario mínimo general tendrá un incremento de 13 por ciento para 2026, llegando a 315.04 pesos diarios, equivalentes a 9 mil 582.47 pesos mensuales. “Es una noticia positiva para las familias mexicanas y no representa presión inflacionaria”, afirmó.
Bolaños subrayó que este ajuste sigue la ruta de recuperación del poder adquisitivo del salario, que —de acuerdo con cálculos de la Secretaría del Trabajo— habrá repuntado 154.2 por ciento en términos reales desde el inicio de los gobiernos de la transformación. El funcionario celebró que el monto de 2026 será el más alto registrado desde 1980, y que en la zona libre de la franja norte se mantendrá incluso por encima de los niveles históricos de 1976. En dicha región, el salario mínimo subirá cinco por ciento, pasando de 419.88 a 440.87 pesos diarios, es decir, 13 mil 409.80 pesos al mes.
Para dimensionar el impacto, Bolaños apuntó que con el incremento un trabajador podrá adquirir 7.1 kilos de frijol, 6.5 kilos de huevo o 14.8 kilos de tortilla más que antes.
Desde el sector privado, Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, aseguró que estos acuerdos reflejan la voluntad de los tres sectores —gobierno, empresas y trabajadores— de mantener negociaciones responsables, apegadas al marco legal y orientadas a proteger el empleo formal, la estabilidad económica y el desarrollo productivo.
