El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó este lunes con imponer un arancel de 5 % a México, si ese país «continúa violando el Tratado del Agua» suscrito por los dos países en 1994.
«México continúa violando nuestro Tratado de Aguas y esta violación está dañando seriamente nuestros hermosos cultivos y ganado de Texas», escribió el mandatario en Truth Social, para luego afirmar que su vecino aún le debe a Washington «más de 800.000 acres-pies de agua» derivados del incumplimiento del acuerdo «durante los últimos cinco años».
Así las cosas, estableció como plazo el venidero 31 de diciembre para que México «libere 200.000 acres-pies de agua», al tiempo que advirtió que «el resto –600.000 acres-pies–debe llegar poco después», sin especificar un lapso, so pena de imponer tarifas, dado el perjuicio que ello supone para los agricultores texanos.
«Es por eso que he autorizado la documentación para imponer un arancel del 5% a México si esta agua no se libera inmediatamente. Cuanto más tarde México en liberar el agua, más perjudicados serán nuestros agricultores. México tiene la obligación de solucionar esto ya», fustigó.
Larga diatriba
El Tratado de Aguas ha estado en el foco de la Administración Trump desde enero pasado. Empero, la Casa Blanca optó en primera instancia por entablar conversaciones con el Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Así, el 29 de abril, la secretaria de Agricultura de EE.UU., Brooke Rollings, informó en un comunicado que «el Gobierno mexicano se comprometió a transferir agua de sus embalses y aumentar la participación estadounidense en el caudal de seis afluentes del río Bravo mexicano hasta el final del actual ciclo hidrológico quinquenal».
Según revelara la alta funcionaria estadounidense, el pacto fue el resultado de intensas negociaciones lideradas por «funcionarios del gabinete mexicano y el subsecretario de Estado Christopher Landau».
Sheinbaum celebró el acuerdo, que venció en octubre de 2025, y aseveró que su país cumpliría lo suscrito hasta donde le fuera posible.
La previsión no fue mera cautela. Mientras transcurrían los intercambios, Trump acusó a México de incumplir el pacto hídrico y la dignataria respondió que el incumplimiento se debía a la falta de agua y no a un interés en perjudicar a su vecino del norte. «Tiene que ver con la disponibilidad del agua. […] Lo que se ha argumentado es que si no hay agua, ¿cómo la entregas?«, dijo entonces.
