Ciudad de México.— Las conversaciones entre México y Estados Unidos para cumplir con los compromisos del Tratado de Aguas de 1944 avanzan de manera sostenida, afirmó este miércoles la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. La mandataria subrayó que el país honrará sus obligaciones internacionales, siempre y cuando ello no comprometa el suministro para consumo humano ni el volumen necesario para la actividad agrícola en territorio nacional.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum fue categórica al indicar que, si bien México actúa con apego a los acuerdos binacionales, la protección del interés nacional y la seguridad hídrica de la población están por encima de cualquier negociación.
La presidenta informó que este martes comenzó, de manera virtual, la quinta reunión binacional del año —espacio en el que participan equipos técnicos de ambos gobiernos— para revisar el estado de las entregas de agua y analizar las condiciones hidrológicas actuales.
De acuerdo con Sheinbaum, existe un intercambio activo de planteamientos. Explicó que México presentó una primera propuesta, a la cual Estados Unidos respondió horas después; más tarde, la delegación mexicana envió una contrapropuesta que dio pie a una nueva sesión este miércoles para continuar el análisis.
La jefa del Ejecutivo destacó además la comunicación permanente con los gobernadores de la frontera norte —Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua y Coahuila— con el fin de evitar tensiones internas y consolidar una posición conjunta ante Washington. Subrayó que la coordinación busca garantizar que las soluciones planteadas reflejen la disponibilidad real del recurso en cada cuenca y que ninguna entidad se vea desfavorecida.
En cuanto al enfoque jurídico y técnico, Sheinbaum señaló que las mesas de trabajo consideran variables como el nivel de las presas, los pronósticos de lluvia para 2025 y la capacidad de infraestructura para la entrega de volúmenes. Insistió en que no se plantea renegociar el Tratado de 1944, el cual —dijo— especialistas califican como favorable para México. Más bien, se exploran nuevas actas complementarias que permitan compensar los faltantes generados por ciclos prolongados de sequía, tal como lo prevé el propio instrumento binacional.
La presidenta confió en que se alcanzará un acuerdo que beneficie a ambas naciones y adelantó que, una vez concluido el proceso, el gobierno detallará públicamente el mecanismo final de entrega. Reafirmó que su administración actuará en defensa del pueblo mexicano, procurando que el cumplimiento de los compromisos internacionales sea compatible con el ciclo de lluvias y la disponibilidad efectiva de agua, sin poner en riesgo la seguridad hídrica del país ni la productividad del sector agrícola.
