En una nueva muestra de fuerza en el hemisferio sur, el gobierno de Estados Unidos anunció el despliegue del portaviones Gerald R. Ford —el más moderno y de mayor tamaño de su flota naval— hacia aguas frente a Sudamérica, acompañado por tres destructores. La medida, confirmada este viernes por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, marca una escalada significativa en las operaciones militares de Washington en la región.
De acuerdo con el Pentágono, la movilización forma parte de una estrategia para combatir a las llamadas Organizaciones Criminales Transnacionales (TCO, por sus siglas en inglés) y reforzar las acciones contra el narcotráfico y el “narcoterrorismo” en el área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos (USSOUTHCOM).
“El despliegue del Grupo de Ataque del portaviones Gerald R. Ford ampliará las capacidades para detectar, monitorear y desmantelar actores ilícitos que amenazan la seguridad y la prosperidad del territorio estadounidense y de todo el hemisferio occidental”, señaló en la red social X el vocero del Pentágono, Sean Parnell.
La decisión, de alto peso estratégico para la Casa Blanca, suele anticipar operaciones militares de mayor alcance, según destacó el portal especializado Politico. El anuncio coincide con una etapa de creciente actividad militar de Washington en el Caribe y con la intensificación de la presión diplomática sobre el gobierno de Nicolás Maduro, en Venezuela.
Hegseth informó además que las fuerzas estadounidenses realizaron su décimo ataque reciente contra una embarcación presuntamente vinculada al tráfico de drogas. De acuerdo con el secretario, la nave era operada por miembros del grupo criminal Tren de Aragua y el operativo dejó seis personas muertas en aguas internacionales del Caribe.
En redes sociales, el funcionario precisó que esta acción es la segunda en que la administración Trump relaciona directamente al Tren de Aragua —una organización nacida en una prisión venezolana— con operaciones de narcotráfico transnacional.
El ritmo de las ofensivas se ha acelerado en las últimas semanas: de ataques esporádicos cada varios días, se ha pasado a tres en la última semana, con un saldo de al menos 43 muertos desde septiembre. Algunos de los operativos más recientes se han extendido hasta el Pacífico oriental, una zona clave en las rutas del contrabando de cocaína procedente de los principales productores de la región.
