Hidalgo se encuentra fuera del foco de preocupación sobre la producción de maíz transgénico, ya que, según datos oficiales de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), el estado no cultiva este tipo de maíz alterado genéticamente y se dedica principalmente a la producción de maíz criollo, variedad tradicionalmente cultivada en la región.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció en enero que enviará al Congreso de la Unión una reforma constitucional que busca prohibir la producción de maíz transgénico para consumo humano en todo el país. Sin embargo, esta medida no afectará a Hidalgo, ya que su producción de maíz se centra en la variedad criolla, cuya siembra ha sido una constante en los campos hidalguenses.
De acuerdo con la Sader, Hidalgo ocupa el décimo segundo lugar en la producción nacional de maíz, con un promedio anual de 624,361 toneladas cultivadas en una superficie de 225,373 hectáreas. En particular, el Valle del Mezquital se destaca como la región que concentra el 68 por ciento de la producción de maíz en el estado, siendo los municipios de Xochiatipán, Cardonal, Actopan, Mixquiahuala y otros, los mayores generadores de este insumo agrícola.
A pesar de las disposiciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que establece que no se puede prohibir el maíz transgénico, la Sader indicó que el 95 por ciento del maíz producido en Hidalgo es criollo, lo que refuerza la identidad agrícola del estado y su resistencia a las variedades modificadas genéticamente.
El estado, con 621,394 hectáreas dedicadas a la agricultura, ha mantenido su producción de maíz con métodos tradicionales. De estas, un 75 por ciento son de temporal, mientras que el 25 por ciento restante se beneficia de infraestructura de riego. A pesar de esto, organizaciones como la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) han señalado la falta de evaluaciones sobre los efectos de los plaguicidas y fertilizantes en el maíz cultivado, lo que genera inquietudes sobre su impacto en la salud.
Por otro lado, la reforma que busca la mandataria federal tiene como fin proteger la salud de la población, promoviendo la soberanía alimentaria y evitando que el maíz transgénico llegue al consumo humano. Aunque la producción de maíz en Hidalgo está centrada en el maíz criollo, la discusión sobre los transgénicos sigue siendo relevante en el debate nacional sobre la seguridad alimentaria.
Más información: El sol de Hidalgo