Anchorage, Alaska. — En un encuentro que marca su primer cara a cara en siete años, los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, respectivamente, se saludaron este viernes en Alaska, en el arranque de una cumbre que podría ser decisiva para el rumbo del conflicto en Ucrania.

El recibimiento se dio en medio de gran expectación. Ambos mandatarios caminaron por sus alfombras rojas correspondientes, mientras una multitud se congregaba para observar el simbólico apretón de manos. Se mostraron sonrientes, intercambiaron algunas palabras al oído y se dieron amistosas palmadas en los brazos antes de posar frente a un escenario adornado con aviones cazas y el lema “Alaska 2025”.

Hasta el momento, ninguno de los dos líderes ha ofrecido declaraciones públicas ni respondido preguntas de los medios. La reunión se desarrolla bajo un fuerte hermetismo y sin la participación del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, lo que ha generado críticas desde Kiev.

De acuerdo con la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien viajó a bordo del Air Force One, el encuentro contará con la presencia del secretario de Estado, Marco Rubio, y del enviado especial Steve Witkoff. Inicialmente se esperaba que fuera una reunión bilateral, pero el formato se amplió para incluir a más funcionarios de ambas delegaciones.

Del lado ruso, Putin está acompañado por el canciller Sergei Lavrov, el titular de Defensa Andrei Belousov, el ministro de Finanzas Anton Siluanov, y Kirill Dmitriev, jefe del fondo soberano ruso. Por parte de Estados Unidos, Trump está flanqueado por los secretarios de Comercio y Tesoro, Howard Lutnick y Scott Bessent, además de Rubio.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, adelantó que las negociaciones serán maratónicas, con entre seis y siete horas de trabajo previstas, dada la densidad de los temas en agenda.

Días antes del encuentro, Trump calificó la cumbre como de “alto riesgo”, al tratarse de su primera reunión directa con Putin desde 2018. Incluso abrió la posibilidad de convocar una segunda ronda de diálogos con líderes europeos, incluido el propio Zelenski.

Desde Moscú, Putin reconoció los esfuerzos de Trump por detener el conflicto armado, al que el exmandatario estadounidense ha preferido referirse como una “crisis”. Afirmó que Washington muestra “voluntad sincera” de encontrar un punto medio entre las partes en disputa.

En contraste, el presidente ucraniano acusó a Rusia de continuar con la violencia justo el mismo día del encuentro. Insistió en que la única vía para alcanzar la paz es su inclusión en el diálogo con ambos líderes.

De acuerdo con la Casa Blanca, el programa de este viernes contempla una reunión privada entre Trump y Putin, un almuerzo bilateral con sus respectivas delegaciones y, eventualmente, una conferencia de prensa conjunta que podría arrojar luz sobre el rumbo de las negociaciones.

EJ.