Tegucigalpa.— Después de un paro de tres días que generó incertidumbre en todo el país, el Consejo Nacional Electoral (CNE) reactivó este lunes el recuento de votos de las elecciones presidenciales de Honduras. Los datos oficiales colocaban nuevamente al candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, con una ventaja mínima —menos de 20 mil sufragios— sobre el abanderado del Partido Liberal, Salvador Nasralla.
Con el 87.99 por ciento de las actas procesadas, Asfura, de 67 años y ex alcalde de la capital hondureña, alcanzaba 40.20 por ciento de los votos. Muy cerca le seguía Nasralla, figura televisiva de amplia popularidad, con 39.49 por ciento. En un distante tercer lugar aparecía la ex ministra Rixi Moncada, representante de Libre, con 19.30 por ciento.
La presidenta del CNE, Ana Paola Hall, informó a través de X que se retomó la actualización de datos tras realizar “acciones técnicas” supervisadas con auditoría externa. Además llamó a los candidatos a estar atentos y presentar impugnaciones conforme marca la ley.
El corte del viernes —cuando el conteo se detuvo de manera abrupta— mostraba ligeramente más actas escrutadas (88.02 por ciento), diferencia que la autoridad electoral no ha explicado. El organismo reconoció también que alrededor del 14 por ciento de las actas presentan inconsistencias y deberán ser revisadas.
A esto se suma que en San Antonio de Flores, un pequeño municipio con menos de 5 mil votantes, las elecciones apenas se realizaron el domingo, luego de que la semana anterior se denunciaron anomalías que impidieron instalar las mesas receptoras.
La lentitud del proceso ha motivado llamados de atención de organismos internacionales, que piden mayor agilidad y medidas que garanticen la confianza ciudadana. En medio de esta tensión, Nasralla ha reportado irregularidades y Moncada ha exigido la anulación total de los comicios, convocando protestas y paros.
Pese al clima político, este lunes Tegucigalpa y otras ciudades amanecieron en relativa calma. Sin embargo, persiste el recuerdo de las violentas protestas de 2017, cuando más de treinta personas murieron tras los cuestionados comicios que dieron la reelección al entonces presidente Juan Orlando Hernández.
La jornada electoral del 30 de noviembre transcurrió sin mayores incidentes, según observadores independientes, pero el caos en la publicación de los resultados —con caídas, variaciones y demoras en la plataforma de tabulación— ha ensanchado la desconfianza ante el cerrado margen entre los punteros. El CNE responsabilizó a la empresa encargada del sistema por la lentitud del conteo.
El clima de sospecha se suma a una campaña marcada por acusaciones mutuas de fraude entre oficialismo y oposición, mientras los grandes problemas nacionales —corrupción, pobreza y narcotráfico— quedaron relegados en el debate político.
