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Pekín, China. En una ceremonia cargada de simbolismo, poderío militar y mensajes geopolíticos, el presidente de China, Xi Jinping, aseguró este miércoles que la revitalización de su nación es “imparable”. Sus declaraciones se dieron durante un majestuoso desfile militar en la Plaza de Tiananmen, con motivo del 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.

La revitalización de la nación china es imparable y las causas de la paz y el desarrollo de la humanidad prevalecerán”, afirmó Xi en un discurso transmitido por la televisión estatal, en el que también hizo un llamado a la comunidad internacional a elegir entre la guerra y la paz, el diálogo o la confrontación.

Sin mencionar directamente a Estados Unidos, Xi enfatizó que “el pueblo chino es autosuficiente, fuerte y no teme a la violencia”, al tiempo que reiteró el compromiso de China con el desarrollo pacífico y la cooperación global: “Trabajaremos de la mano con los pueblos de todos los países para construir una comunidad con un futuro compartido para la humanidad”.

Despliegue de fuerza: misiles hipersónicos y defensa aérea

El desfile, uno de los más grandes realizados por el país asiático en los últimos años, incluyó la presentación de tecnología militar de última generación. Se exhibieron misiles hipersónicos antibuque —como los YingJi-19, YingJi-17 y YingJi-20—, misiles estratégicos intercontinentales con capacidad nuclear como el DF-5C, así como sofisticados sistemas de defensa aérea HongQi en sus versiones 20, 19 y 29.

Una parte del armamento fue mostrada por primera vez al público, en un intento claro por reforzar la imagen de China como potencia militar moderna y tecnológicamente avanzada.

Antes del inicio del desfile, Xi recorrió la avenida Chang’an en una limusina negra, saludando a las tropas desde una escotilla con micrófonos, mientras los soldados respondían al unísono: “¡Servimos al pueblo!”.

Ceremonia con fuertes símbolos y ausencias notables

La ceremonia arrancó con una salva de 80 cañonazos y la entonación del himno nacional, «La Marcha de los Voluntarios», seguido por una presentación coral y ondeo de miles de banderas rojas por parte de los asistentes.

Entre los invitados de honor destacaron los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Corea del Norte, Kim Jong-un —acompañado por su hija, Kim Ju-ae—. Ambos flanquearon a Xi durante el acto central y saludaron a veteranos centenarios de la guerra, en una escena cuidadosamente montada para enviar un mensaje de unidad frente a Occidente.

Al término del evento, 80 mil palomas y una cantidad igual de globos fueron liberados como símbolo de paz.

Trump reacciona y lanza crítica en redes

Mientras se desarrollaba el desfile, el expresidente estadounidense Donald Trump publicó en redes sociales un mensaje dirigido indirectamente a Xi. “La gran pregunta es si reconocerá las contribuciones de los estadounidenses que lucharon en la guerra”, escribió. “Saluden de mi parte a Putin y a Kim Jong-un, que como usted, conspiran contra Estados Unidos”, añadió con ironía.

Xi, por su parte, agradeció a las naciones que apoyaron a China durante la invasión japonesa, aunque evitó mencionar a Estados Unidos de forma explícita.

Cabe recordar que, durante la Segunda Guerra Mundial, China fue uno de los principales frentes de resistencia contra Japón, en un conflicto que dejó millones de víctimas y que suele quedar en segundo plano en los relatos centrados en Europa o el Pacífico.