“Dina asesina, el pueblo te repudia”, coreaba una bulliciosa multitud que ayer se manifestó por las calles de Lima. La consigna se escuchó en distintas ciudades del país. Con banderas peruanas –varias con el color negro remplazando las franjas rojas en señal de duelo por las víctimas de la represión–, miles de personas tomaron las calles del centro de la capital. La jornada de protesta comenzó alrededor del mediodía y se prolongó hasta la noche. La policía, que tomó el centro de la ciudad, reprimió la protesta. Hubo enfrentamientos entre elementos de seguridad y manifestantes, que continuaban al cierre de esta edición.

En medio de esos choques, en la noche se desató un gran incendio en un viejo inmueble del Centro Histórico, cerca de la Plaza San Martín, nudo de la movilización. Las llamas se alzaban varios metros, el humo comenzaba a cubrir la zona. Los vecinos del lugar tuvieron que evacuar sólo con las pertenencias entre sus brazos. Había desesperación. No se ha informó aún la causa del incendio.

 

Muchos manifestantes aymaras llegados desde la altiplánica región de Puno agitaban la bandera wipala de los pueblos originarios, levantaban carteles y coreaban consignas exigiendo la renuncia a la presidencia de Dina Boluarte, además de elecciones para este año, repudio al Congreso controlado por la derecha, la exigencia de integrar una Asamblea Constituyente y sanción a los culpables por los muertos de la represión. Otros inconformes exigían también la libertad del destituido presidente Pedro Castillo.

En medio de las multitudinarias protestas antigubernamentales en la mayor parte del país, tres muertes más se sumaron a la negra lista de la represión: en la provincia de Macusani, en la región de Puno, la campesina Sonia Aguilar falleció el miércoles de un balazo en la cabeza, disparado por la policía. Hubo varios heridos fatales, uno de ellos, Salomón Valenzuela, que recibió un impacto de bala en el tórax y perdió la vida este jueves.

 

Falleció otro hombre de 30 años por arma de fuego y 18 más resultaron heridos en Arequipa durante un enfrentamiento entre manifestantes y las fuerzas del orden en el puente Añashuayco, cerca del aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón, que suspendió vuelos, al igual que la terminal aérea Alejando Velasco Astete de Cusco; en el puerto de aviación Inca Manco Capac de Puno, siete civiles y dos policías resultaron heridos, informaron autoridades de aeronáutica civil, señaló RPP en su portal.

Ya suman más de medio centenar los fallecidos a manos de las fuerzas de seguridad, de los cuales 44 han perdido la vida por disparos. El gobierno y la derecha parlamentaria y mediática respaldan a los elementos castrenses y agentes de reacción rápida denunciados por disparar contra manifestantes y criminalizan a quienes se movilizan exigiendo la renuncia de Boluarte, acusándolos de “violentistas” y “terroristas”.

 

Anoche, mientras las confrontaciones físicas entre oficiales y civiles en el centro de Lima continuaban, y ya se conocía de un muerto en Arequipa, la presidenta Boluarte dio un mensaje en el que calificó el comportamiento de la policía de “inmaculado”. Habló de “protestas violentas” y acusó a los ciudadanos de querer “generar caos y desorden para tomar el poder” y de buscar “quebrar el estado de derecho”. Al dirigirse a los reclamantes les dijo que en lugar de “trabajar para llevar el sustento a su casa se dedican a sembrar el caos”, y los llamó al buen diálogo: “A los que protestan, ¿quién los financia?, ¿en sus protestas no hay agenda? Ustedes quieren quebrar el estado de derecho y tomar el poder de la nación”, acusó y proclamó: “la situación está controlada”.

 

En referencia a las acciones de repudio contra su gobierno, señaló, en tono amenazante: “los actos de violencia generados en diciembre y enero no quedarán impunes”. Pero no dijo una palabra sobre los muertos por disparos de las fuerzas armadas, a las que volvió a respaldar, ni de las demandas de llevar a la justicia a los perpetradores de los decesos. Sobre esa letal violencia oficial, que ha cobrado vidas y ha indignado a la población en lucha social no habló de sanción. Una confirmación de que el gobierno apuesta a la impunidad de las fuerzas de seguridad.

 

Las movilizaciones de este jueves en la capital, las principales ciudades del país y provincias, se realizaron durante una jornada de paro nacional convocado por la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP) –la principal central sindical del país– y organizaciones sociales. Y continúan los bloqueos de carreteras.

Fuente: La Jornada.