La reforma electoral constitucional propuesta por AMLO, la cual buscaba reformar 17 artículos de la Carta Magna en materia electoral, no alcanzó la mayoría calificada y fue desechada, de ahí que diputados de Morena implementaron el Plan B de la reforma electoral.

Propone reformas a seis leyes secundarias, las cuales no tocan el presupuesto general del INE, ni desaparecen los OPLES, es decir, los organismos locales, pero sí su relación con el INE, así como los partidos políticos.

Se blindó el Registro de Partidos Nacional, para que estos no lo pierdan en caso de que en las elecciones no alcancen la votación del 3% requerida para mantenerlos.

Los partidos podrán usar los remanentes de los recursos públicos y privados para financiar elecciones subsecuentes.

Aunado a ello, también se concedió la transferencia de votos en candidaturas comunes, esto con el fin de no perder el registro.

Se aprobó reducir los tiempos de organización y los costos, además del voto electrónico para el voto extranjero, lo cual generaría un ahorro de alrededor de 3, 605 millones de pesos.

Se cambia también el inicio del proceso electoral, el cual empezaría la tercera semana de noviembre del 2023, es decir, se recorre un mes.

Aunque el llamado Plan B aún debe ser ratificado por el Senado de la República y esperar a que no sea impugnado. El INE deberá concretar la reestructuración de estructuras a más tardar el 1 de agosto del 2023

Fuente: ADN 40.