Durante 2023, el Instituto Nacional de Antropología e Historia reportó diversos descubrimientos, resultado de proyectos interinstitucionales y multidisciplinarios, que contribuyeron y seguirán proporcionando información novedosa sobre el devenir del territorio mexicano.

Arrancaba el año 2023, y las excavaciones de la iniciativa Paisaje, Arte Rupestre y Ocupación en las Cuevas Prehistóricas del Valle de Oaxaca, revelaron que, hace más de 9,000 años, entre 7516 a 2455 a.C., grupos de cazadores-recolectores ocupaban de forma estacional la Cueva de la Paloma, en el Valle de Oaxaca. Más de 3,500 años después, el sitio fue ocupado por grupos zapotecos para depositar ofrendas.

En Álamo Temapache, en Veracruz, apareció una segunda escultura de la Joven gobernante de Amajac. El descubrimiento de la figura de piedra caliza, de 1.54 metros de altura, se registró durante una obra de pavimentación. En una excavación posterior, se localizaron seis entierros, uno de ellos debajo del lugar donde yacía la talla monolítica, con tres vasijas a manera de ofrenda.

Segunda escultura de la Joven de Amajac. Foto: INAH

Derivado de un hallazgo fortuito, personal del INAH recuperó dentro de una obra constructiva, en Pátzcuaro, Michoacán, la representación de un Chac Mool, el cual data del periodo Posclásico Tardío (1350-1521 d.C.). La relevancia de esta pieza de basalto –de 90 centímetros de largo, 80 de alto y 200 kilos– es que es la primera localizada en contexto.

Chac mool hallado en Pátzcuaro. Foto: Especial

El proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura, encabezado por la Secretaría de Cultura federal, con la colaboración del Gobierno de la Ciudad de México, ha permitido la recuperación de contextos desconocidos. Fue el caso de un cementerio del periodo virreinal temprano, en el área del Jardín y Pabellón Escénico, del que se recuperaron 45 osamentas completas y restos óseos de otros 16 individuos, tanto de origen indígena —probablemente, mexica— como europeo, los cuales fueron inhumados en tres momentos distintos, durante el primer siglo tras la invasión de México-Tenochtitlan (1521-1620 d.C.).

Cementerio virreinal. Foto: INAH

En la Tercera Sección de este bosque, el salvamento arqueológico que acompaña las obras de la Línea 3 del Cablebús registró una serie de fosas funerarias prehispánicas, entre las que destacan 10 tumbas troncocónicas o de campana, de aproximadamente tres milenios y medio de antigüedad, la mitad de ellas con entierros humanos. El descubrimiento hace referencia a una aldea grande que debió existir en esta área, próxima a la avenida Constituyentes, hacia los periodos Preclásico Temprano y Medio (2500-400 a.C.).

Las tumbas troncónicas halladas en la ruta del Cablebús. Foto: INAH

Internándose 60 km por callejones madereros, con datos obtenidos mediante escaneo láser (LiDAR), se localizó un sitio monumental dentro de la reserva ecológica Balamkú, al sur de Campeche: Ocomtún. Su núcleo cubre más de 50 hectáreas y cuenta con diversos edificios de grandes dimensiones, así como varias estructuras piramidales de más de 15 metros de altura. El sitio fungió como un centro importante a nivel regional, probablemente, durante el periodo Clásico (250-1000 d.C.).

Antigua ciudad de Ocumtú. Foto: INAH

En ese mismo tenor, el Proyecto Lyobaa observó irregularidades o anomalías que podrían corresponder a túneles bajo la iglesia de San Pablo Apóstol, en Mitla, Oaxaca. Métodos geofísicos se aplicaron en dos áreas del sitio: el Grupo de la iglesia y el Grupo de las Columnas; los resultados permiten inferir la existencia de estructuras y rasgos que son de interés arqueológico.

Trabajos realizados en San Pablo Apóstol, en Mitla, Oaxaca. Foto: INAH

La riqueza del yacimiento paleontológico de Santa Lucía, en el Estado de México, continúa dando sorpresas. La revista internacional de paleobiología Historical Biology dio a conocer los resultados del estudio de un huevo fósil de flamenco, de entre 12,000 y 8,000 años a.p., descubierto en excepcional estado de conservación durante la construcción del Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”; se trata del primero de esta familia biológica que se localiza en América y el segundo hallazgo a nivel mundial.

Otro salvamento arqueológico fue el que acompañó la obra del Trolebús Chalco-Santa Martha, del que se obtuvieron destacadas piezas: una máscara de cerámica del Posclásico Tardío (1400-1521 d.C.), la cual podría estar asociada a rituales funerarios; dos entierros de individuos completos con modificación craneal, del Preclásico Tardío (2500-400 a.C.), y restos de madera que pudieron pertenecer a una embarcación que surcó las aguas del lago de Chalco, hace más de 400 años.

También, como parte de un proyecto de salvamento arqueológico, en un terreno de la colonia El Salitre, en Tula de Allende, en Hidalgo, se hallaron los vestigios de una unidad residencial de origen tolteca, cuya antigüedad se estima entre los años 900 a 1150 d.C., la cual, en época prehispánica, estaba ubicada junto a una ciénega, al sureste del recinto ceremonial de Tula Grande o Tollan-Xicocotitlan.

Asimismo, en un abrigo rocoso del Cañón del Huizachal, del municipio de Victoria, en Tamaulipas, se rescató una osamenta que correspondería a un individuo “janambre”, grupo étnico referido como bravo oponente a la colonización del noreste novohispano, entre los siglos XVII y XVIII.

Fuente: El Economista