Las familias de los trabajadores desaparecidos tras el derrumbe del puente Francis Scott Key en el puerto de Baltimore (Maryland, EE.UU.) viven momentos de angustia y desesperación.

Tras el colapso del puente, ocurrido en la madrugada del martes a raíz del impacto de un buque portacontenedores, ocho trabajadores cayeron al agua. Dos de ellos fueron rescatados con vida.

Al final de la jornada del suceso, las autoridades suspendieron la búsqueda de sus seis compañeros desaparecidos, dejando poco espacio para la esperanza de encontrar sobrevivientes.

Jeffrey Pritzker, vicepresidente ejecutivo de Brawner Builders, la empresa que contrató a los empleados, se mostró pesimista sobre la posibilidad de encontrarlos con vida, dada la profundidad del agua y el tiempo transcurrido.

Los afectados, que parecen ser todos latinos, realizaban labores de reemplazo del concreto en el puente. En un primer momento, el Consulado de México informó de que entre los seis trabajadores desaparecidos había mexicanos, guatemaltecos y salvadoreños.

Posteriormente, el subsecretario de Asuntos Consulares y Migratorios de Honduras, Antonio García, reveló a The Associated Press que un ciudadano hondureño, Maynor Yassir Suazo Sandoval, estaba desaparecido. Según la Cancillería de Guatemala, dos de sus ciudadanos se encontraban en el lugar en el momento del suceso, uno de 26 años y otro de 35 años.

Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer que tres mexicanos se encontraban trabajando en el puente cuando ocurrió el colapso, recogen medios locales. «El informe que tenemos es que son tres mexicanos, uno fue rescatado, salió con vida, herido pero está a salvo», reveló.

María del Carmen Castellón, esposa de Miguel Luna, uno de los empleados desaparecidos, expresó la desolación que siente al no saber el paradero de su marido. «Ellos solamente nos dicen que nos tenemos que esperar, que por ahorita no pueden dar información», dijo la mujer a Telemundo 44 antes del anuncio de que se habían suspendido los esfuerzos de rescate.

Luna, de 49 años, es de El Salvador y padre de tres hijos, reveló a The Washington Post Gustavo Torres, director ejecutivo de la organización latina proinmigrante CASA.