Foto: REDESFoto: REDES

Caracas. El gobierno de Venezuela advirtió este domingo que está preparado para responder militarmente en caso de una incursión estadounidense en su territorio, luego del despliegue de buques de guerra de Estados Unidos en aguas del Caribe. La tensión entre Caracas y Washington crece en un contexto marcado por acusaciones mutuas y operativos militares en curso.

Durante una comparecencia pública, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, aseguró que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) se encuentra en estado de alerta y con capacidad para hacer frente a cualquier intento de intervención extranjera.

“Le digo a los imperialistas del norte: estamos preparados y vamos a luchar si se atreven a poner un pie en Venezuela”, declaró el ministro al rendir un informe sobre las operaciones recientes de las fuerzas armadas.

Padrino detalló que se mantienen labores de patrullaje en espacios aéreos y marítimos a lo largo del país, y reiteró que la FANB continúa desplegada como parte de su estrategia contra el narcotráfico en zonas sensibles, especialmente en la frontera con Colombia.

En ese sentido, anunció el reforzamiento del despliegue militar en los estados fronterizos de Táchira y Zulia, como parte de la denominada «zona binacional de paz número uno». Según el titular de Defensa, más de 15 mil efectivos, incluyendo milicianos combatientes, se incorporarán a las labores de vigilancia y control en esa región.

Asimismo, informó que en los últimos días la FANB ha intensificado sus operativos antidrogas, logrando el decomiso de más de 55 mil kilogramos de sustancias ilícitas —un aumento respecto a semanas anteriores—, además de la destrucción de 21 campamentos vinculados al narcotráfico y siete astilleros clandestinos en la frontera colombo-venezolana.

Las declaraciones del ministro se dan en medio del aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe. El pasado 19 de agosto, la Casa Blanca confirmó el despliegue de tres buques de guerra con aproximadamente 4 mil soldados cerca de las costas venezolanas.

Este movimiento se produce tras el anuncio, a principios de agosto, de la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, quien ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por información que lleve a la captura del presidente Nicolás Maduro, acusado por Washington de liderar una organización criminal dedicada al narcotráfico.

Como parte de su estrategia contra el crimen transnacional, Estados Unidos ha catalogado recientemente a varios cárteles latinoamericanos como organizaciones terroristas globales, entre ellos el Tren de Aragua, el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Noreste, Cárteles Unidos y la pandilla MS-13. A finales de julio, el denominado «Cártel de los Soles», presuntamente vinculado a altos mandos venezolanos, fue incluido en esta lista.

En respuesta a la escalada militar, el gobierno de Maduro solicitó la intervención del secretario general de la ONU, António Guterres, alertando sobre lo que considera una «amenaza directa» a su soberanía por parte de Estados Unidos.

Caracas también denunció el próximo arribo a la región de nuevas unidades navales estadounidenses, entre ellas el crucero lanzamisiles USS Lake Erie y el submarino de ataque rápido USS Newport News, cuya llegada estaría prevista para principios de la próxima semana, según diversas fuentes internacionales.

La situación mantiene en vilo a la comunidad internacional ante el riesgo de un nuevo foco de conflicto en la región.

EJ.