Sin incidentes transcurrió ayer la llegada de peregrinos a la Basílica de Guadalupe, con una afluencia, hasta el cierre de la edición, de cerca de un millón de personas a lo largo de la jornada, informaron la alcaldía Gustavo A. Madero y la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México.

Se estima un acumulado de alrededor de 3 millones 100 mil feligreses que han acudido al templo religioso de octubre a la fecha, pero principalmente en los días recientes, aunque el 11 de diciembre es el día que más peregrinos visitan la Basílica.

 

Las autoridades reportaron saldo blanco e incluso el sismo de magnitud 6 que se registró en la mañana no afectó las actividades, salvo el protocolo para que las personas se congregaran en el atrio del templo mariano por unos minutos.

 

Pese al saldo blanco, hubo algunos incidentes. Al respecto, el secretario de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, reportó ocho personas extraviadas que luego fueron localizadas, más de mil atenciones médicas, de las cuales sólo cuatro casos requirieron hospitalización, ninguno de gravedad.

Se informó que en la Casa del Peregrino estaban alojados mil 700 feligreses, mientras en el atrio de la Basílica pernoctaron 4 mil personas de sábado para domingo.

 

Sin importar el cansancio por la caminata o dormir en el piso en medio del frío clima otoñal, los peregrinos continuaron este domingo su andar rumbo al Tepeyac. Algunos con tres días y medio de caminata, como Eduardo Coca Locatero, quien salió de San Pablo del Monte, Tlaxcala, el jueves. “Salimos del pueblo a las 6 de la mañana; en el camino hay mucha gente que de corazón nos regala un plato de comida”, expresó.

 

La señora Gloria Sánchez Lara relató que “nosotros venimos de Ciudad Nezahualcóyotl; llevamos 15 años viniendo a dar gracias a la Virgen por todo lo que nos ha dado y que nos siga cuidando y bendiciendo”.

 

También hubo personas que mostraron su solidaridad, como Jaime Gómez, profesor del Instituto Politécnico Nacional, quien llegó a la calzada de Guadalupe con 500 tacos de canasta para ofrecerlos a los desfallecientes peregrinos.

Fuente: La Jornada.