El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticó este viernes a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, quien anunció que analizará las facultades que tiene este órgano para suspender la controvertida reforma judicial.
«No tienen fundamento legal, sería una aberración y desde luego una violación flagrante a la Constitución que se detenga el proceso de análisis, discusión y en su caso aprobación de la reforma constitucional dedicada al Poder Judicial», advirtió el mandatario en conferencia de prensa y en medio del intenso debate que hay en torno al último gran proyecto legislativo de su Gobierno.
«Sería una arbitrariedad, esto afectaría la vida pública, lo que debe ser un autentico Estado de derecho, sería como optar por la ley de la selva, dejar de manifiesto que no les importa la democracia ni la justicia, que solamente están pensando en sus intereses, en sus privilegios y que son partidarios de la corrupción abiertamente», agregó.
La víspera, Piña ordenó al resto de los ministros de la SCJN que revisen la posibilidad de atraer el dictamen de la reforma judicial y determinar si pueden suspender la discusión que se lleva a cabo en el Congreso.
«No creo que eso prospere», insistió López Obrador al considerar que el Poder Judicial no tiene atribuciones en un proceso que inició el Ejecutivo al presentar la propuesta de reforma, y que continuó el Legislativo.
Debate parlamentario
Esta ha sido la semana clave del proyecto que López Obrador presentó a principios de año, ya que el domingo asumieron los diputados y senadores electos en junio pasado. Solo tres días después, la nueva y contundente mayoría oficialista en la Cámara de Diputados y sus aliados aprobaron la reforma en un clima de extrema tensión que incluyó protestas en las calles, una inédita huelga de trabajadores, jueces, magistrados y miembros de la SCJN y la intervención de dos jueces que ordenaron, sin éxito, la suspensión del debate.
La reforma pasó enseguida para su discusión en el Senado, en donde se prevé que comience su trámite el próximo domingo 8 de septiembre, en la recta final del Gobierno de López Obrador, quien el 1 de octubre le traspasará el poder a su sucesora, Claudia Sheinbaum.
El panorama en el Senado es más complejo, ya que el oficialismo cuenta con 85 votos a favor de la reforma, pero necesita una mayoría calificada de 86. Aunque los 43 senadores opositores ya aseguraron que votarán en contra, no se descarta que en los próximos días, a través de negociaciones, el Gobierno consiga el voto que necesita e incluso más.
De hecho, López Obrador les envió un mensaje a los senadores que, aseguró, están siendo presionados por el empresario Claudio X. González, uno de los líderes de la oposición, a quien calificó como «jefe de la mafia del poder» y «defensor principal de los intereses de las minorías corruptas».
«(El empresario) está abiertamente hablándoles a los senadores para que voten en contra de la reforma (…) quiero dirigirme con respeto para que actúen con independencia y libertad y que pongan por delante del interés partidista el interés del pueblo y el de la nación. No le conviene a México sostener un Poder Judicial sometido a la delincuencia (…) podrido, invadido por la corrupción», denunció.